viernes, 6 de diciembre de 2019

En resumidas cuentas




Se encontraba bien en esos
precipicios de poca altura
donde las horas se alimentan 
de cortos vuelos,

imagina: un puente
de ojo impar, con ecos
de aljibe bojo el arco, ruido
de ranas y rumores
de sol cabrilleando
en la mampostería campesina,

o un día
de fiesta no previsto, siete
horas más para correr
al mar que es el morir (de lejos),

o el esperado eclipse 
en los ojos del búho, 
su sabiduría derramada
gota a gota en el taco
del calendario parroquial.

Y todo sin salir de casa.

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