jueves, 27 de agosto de 2020

11,47 a. m.




Llegan ya cansadas
estas horas del fuego, lejos
del regocijo del crepúsculo,

juegan
a deshacerse en el peligro
de las sinuosas carreteras 
de montaña, con veneno
de sierpe y escondrijo,
                                       tales
como fantasmas de los muertos
que no volvieron de la guerra
y siguen por ahí marcando
fronteras imprecisas donde hacerse
respetar por el tiempo,
su cementerio natural.

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