martes, 11 de agosto de 2020

Antes de que llame el sol



Siempre que cruje la madera
es que la ventana quiere abrirse,
el azul apunta desde fuera 
como un cristal y deja
que las cortinas jueguen
en su filo sonoro,

luego el viento 
cabalgará sobre los ojos
que se aventuran al parpadeo de la luz,

hay cosas
que necesitan colorearse
para hacerse visibles, son pájaros
que arrastran las argollas del silencio
y vienen hasta tu ventana 
a rendir su canto.

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