miércoles, 25 de abril de 2018

Botica del Quattrocento

Una piedra lanzada
no es el dolor desensañándose, puede
sonar a huida, a barco
fundiéndose en la niebla, pero nunca
aportará ese mínimo perfume
de lo analgésico, el místico
color azul de fra angélico
contando cuentos breves a una virgen
que -como quien dice- acaba de nacer.

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