martes, 10 de abril de 2018

Cuando se resiste, hago sonetos

Por qué mezclar con oro las espigas
si el peso ha de sumarlo cada grano
y al final lo que cabe en una mano
será un trozo de pan, sólo unas migas.

¿Daremos la razón a las hormigas
sabiéndonos cigarras, en un vano
intento de aplacar con algo insano
la pausa cuaresmal de las barrigas?

Para engañar al hambre es suficiente
mostrar un pan virtual en la vitrina
y aroma artificial a pan reciente,

pero el hambre feroz que se avecina
no se logra calmar dándole al diente
promesas de oro blanco o rubia harina.






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