martes, 24 de septiembre de 2019

Para entenderse




En toda teología
siempre estuvo la blasfemia
como un peldaño apalabrado
entre la miseria y la divinidad,

las músicas ardían
en la vecina concha del infierno
como el rumor parásito
que arrastran las liturgias,

pero nunca rindieron tantas calorías
como la leña hablada en ese idioma
común a hombres y dioses.

No hay comentarios:

Publicar un comentario