Un tablero dócil
Repantigado
en tu sillón más eficaz
ves huir el ajedrez de las losetas
mientras planeas la jugada
que hará palidecer de envidia
a los contrincantes escondidos
tras el temblor de las cortinas.
El mundo debe prescindir de ti
ahora que has encontrado
las coordenadas de la duda.
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