De la oferta visual
Por el código de barras
bajan mil gotas de agua
y no es lluvia todavía,
los paisajes se asoman
a los barrotes de la cárcel
y no reclaman libertad,
cuántos pianos juntos
han de tocar la melodía
para que los estantes del supermercado
aparezcan repletos
de todo lo que suena a innecesario,
debajo
de qué roble corpulento
te refugiarás cuando el aguacero
resbale en hilos transparentes
por el cristal acuoso de tus ojos.
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