jueves, 1 de noviembre de 2018

La sal de una lágrima





Repasa tu agenda, cada día
más holganza, más lerda
la ambición, menos anuncios
creativos
en los que pensar, las garras
del consumo juvenil se amansan
con la piedra pómez de la edad.

Qué pena
de tobillos desnudos, las ajorcas
rodando por el cielo
raso de la habitación haciendo
más ruido que otra cosa.

No quedan ya monedas
capaces de imitar el brillo
de unos ojos llorosos.







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