sábado, 24 de noviembre de 2018

Una malla sin pájaros (jmu)






La campanadura sigue ahí,
flotando 
después de que el viento se apagase,

oyes
el empecinamiento de los ecos
sublevados, la porfía
entre los pájaros y el aire,

queda apenas
el singular vacío del metal, 
tan alargado 
como el tumbado campanario 
que edificó la sombra,

en medio de musculosas aguas,
de blandos desafíos.

Y ¿qué me dices de la sangre?

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