A los dos se les conoce
por el color marrón verdoso
con el que se pinta al ciego
que canta coplas.
Viene uno y dice: "pintan
varios en ti, pero el dolor es uno".
El otro piensa en algo
irrepetible y se lo queda,
"sin esperanza ni hojarasca alguna".
Algo
sonoro y polvoriento
se confunde con el aire, mientras
los ojos se acostumbran
a imitar el llanto. Luego
vendrá la réplica, resaca,
"igual que viene el vino de las uvas"
.
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