viernes, 23 de agosto de 2019

Anotación de ruina





Acaso el mar de entonces,
-mayo o junio-, las frambuesas
sangrando un dolor dulce,
sol por debajo de las nubes
y las piedras oscuras recibiendo
su pincelada de calor,

pueden verse las ruinas
entre las zarzas, los anuncios
de las grajillas entre el humo
de incienso que el añil simula
en la inclemencia cisterciense,

lobos vendrán que digan
su gregoriano altivo, justo
a la hora glacial en que los búhos
han dejado de rezar,

y las ortigas
difícilmente verdes, se cimbrean
con un soplo inaudible
de eternidad.

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