De museo
En la vitrina
un aire muerto que no deja
brillar al bronce, sufre
el histórico colapso
de la ingravidez,
no pesa
sobre la sal de sílice, planea
como litúrgica paloma
de ortodoxia difusa, nada
más cerca de dios que el aro
metálico que une labio y nariz,
dejemos la palabra en paz,
en aire muerto, cierres
de metacrilato, la más casta
manera de poner cadenas
a las alas del píxide infeliz.
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