Dados
Vas por ahí
con el dios de la infancia
colgando de un llavero,
no le rezas ya y a veces
le retas al terrible juego
de los dados esféricos
que cambiaron su peso numeral
por la apuesta infinita,
de ese juego
sólo esperas un guiño del azar
y que se vuelva plano
el tablero del mundo
para que la apuesta siga en pie.
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