Va cayendo la fruta,
las cerezas
enfermas de pájaro y granizo
siguen ahí, goteando
una lenta tristeza,
viene el viento
besucón, se asoma
al brocal de la herida, deja
caer la voz como una piedra
maternal, le cose
los labios al dolor y espera
a que regrese el eco
con su leyenda de acendrada azúcar,
viene el viento
besucón, se asoma
al brocal de la herida, deja
caer la voz como una piedra
maternal, le cose
los labios al dolor y espera
a que regrese el eco
con su leyenda de acendrada azúcar,
pero nada dice de la hondura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario