Recreo ese paisaje
que tenía olvidado,
la segadora estrofa
de junio quedó atrás, perdura
el aroma más joven de la hierba
y entre la sangre de la pimpinela
un saltamontes verde
frota sus élitros de sierra
recitando unos versos ya maduros.
Se puede ver la espalda de los años
doblarse hacia el final, que es el principio.
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