Mercadeo en el foro
La estatua
miró sin pestañear a los dos hombres
que, sin mediar palabra,
intercambiaban cosas
por billetes arrugados,
mientras,
por entre las cabezas se colaba
un rayo de sol dejando
en negro los perfiles,
aquellos ojos
nunca habían visto otro fulgor
que el del cincel luchando con la piedra.
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