Déjame volar,
acaso pueda tender el esplendor
del alambre brillante
sobre el negro desnivel,
volar despacio
sobre un espacio libre y nítido,
lejos del temor universal
al vacío y su mirada
de hipnótico poder,
ese collar de música
que no declara sumisión y los poderes
del sonido doméstico rodando
por las maderas tan pulidas
de la costumbre interrumpida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario