sábado, 20 de febrero de 2021

La fórmula

 


 Llovió mucho aquel otoño,

luego vino el sol y todo el campo

se llenó de setas,

echábamos a suertes

quién habría de leer las runas

de la fórmula mágica para la recolección,

la luna quieta,

los árboles ensombrecidos

con el bronce senior del temor

y la campiña abierta como boca 

de lobo anochecida,


me tocó a mí el breve recitado

que afloja al arco del veneno 

y me quedé a dormir en la herradura

verdosa que las amanites

suelen reservar a los miedosos.


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