lunes, 15 de febrero de 2021

Su alegría todavía se recuerda

 



Hasta allí llegó el predicador

con la cantimplora y las alforjas ya vacías, 

sus ojos y su boca mostraban un hambre incontenible,


cuando reunió a unos cuantos tan hambrientos como él

les explicó los pasos para convertir la sed en vino,

rozando muy de paso el turbio asunto de la multiplicación,


antes de la hora de comer todos cantaban abrazados

asunción, asunción

echa media de vino al porrón,


su alegría todavía se recuerda.

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