miércoles, 5 de diciembre de 2018

Para un tiempo de ruido



Hagamos de una vez ese belén de nieve liberal,
como reclama nuestro electorado,

el torpe espumillón  se unirá al brillo
de las bolas de plástico, al tiempo que un chirrido 
de villancico traído por los pelos 
intentará rimar con los juguetes rescatados
de las guarderías clausuradas por herodes,

que los niños puedan deslizarse por los toboganes
al son del engranaje de la caja registradora de pink floyd,
con money-coin de chocolate,

(bella es la soga que me anuncia, dice el ángel al cabrero,
 y el perro ni le ladra siquiera, así es el paraíso),

y que no falte la celebración lacustre
reflejada en la arruga del papel de plata, 
mientras una lavandera singular levanta espuma tóxica
para que los peces dejen su costumbre
dipsómana que tanto daño hace a nuestra imagen exterior.

Pero, por favor, escóndase lo más posible
al caganer, ya es suficiente con unas cacas de camello.

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