martes, 11 de diciembre de 2018

Vivaldi ni lo transcribió






Ha de ser suerte de pájaro 
eso de encontrar rama sin pluma
en cualquier lugar y hora propicia.
Piensa un final lluvioso, mes de marzo y toda
rama posible se convierte en nido, como por ensalmo,

y el azulado tono de la cáscara
se confundirá con las alturas donde canta
sin tregua la coral amorfa
de los ángeles salidos del cascarón, clasificados
en parcelitas decimales
de voces blancas -a capella-.

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