Clío sigue lanzando dardos
Qué principios quedaron
como puñales, fijos
a la costumbre yerma de rezar,
se hacía a cuatro patas, desoyendo
las consignas morales, que no todas
las posiciones alimentan
la llamarada del fervor ni toda
la verdad cabe en una sola página,
(a posteriori lo sabemos),
ahora
vemos las virutas que afilaban
nuestra crédula inocencia,
sacarle punta a lo que pudo
hacer sangrar, -para algo
ha de servir la historia-,
puede ser una tarea
que nos quedó pendiente.
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