sábado, 30 de noviembre de 2019

Mientras hierva la sangre




Vino a decir que todo
se conseguía huyendo, esa
potencia inversa del hoplita
que mira sin luchar ni convencer,

unamuno se creyó investido
de espina bífida, sedujo al mal
haciendo guiños al espejo 
para luego cegarlo
echándole el aliento,

pero al final se supo
que andaba en zapatillas
y sus versos hervidos
eran sólo un reflejo
en amarillo y negro
de se disfraz de salamandra.

Una fe mineral sin catedrales.
(Jamás leerle en vano).

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