viernes, 1 de mayo de 2020

De proféticas iras


Que nadie invoque la leyenda
de la voz del profeta reducida
a cuento susurrado, 

                                  las palabras 
erguidas, hoscas, rebotando
contra el frontón de piedra del desierto
nunca
suenan en balde, pueblan
de sortilegios turbios las costumbres 
más reposadas de la tribu,

y cuando sus ecos no regresan 
es porque  el vaticinio
flota indolente sobre el polvo
de la muralla derruida.


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