Un texto solitario
Un texto solitario
frente al espejo no se ve,
le tiembla
su propia ausencia
como un sortilegio de vampiro,
mantiene en la memoria el rojo de la sangre,
y los labios
morados por el ansia
golosa de una infancia detenida
en el breve tiempo de la plenitud,
asombro, asombro, que en lo inmóvil
está el émbolo de todo y el silencio
es la respuesta de la luna
que también se mira en él.
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