La pereza
Cada mañana
siempre
los mismos ojos al acecho,
siempre
la aspereza en el aire,
la piel hinchada aún de sueño,
los mismos miedos esperando
a que la niebla se alce,
el silencio tendido
en las cuerdas del alba,
igual desgana y todas
las tareas sin hacer.
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