Alta costura
Arma tu arco, sutil
brisa de los sauces, nada
de canción o requiebro, que eso
ya lo usó sin éxito el otoño:
barrió los oros y dejó
desnudos a los árboles,
usa el jabón, su trazo
apenas hilvanado digno
de balaustrada cenital a la que asoma
su anatomía el maniquí,
ahora
es tiempo de apuntar, el cielo
se ha vestido de diana y sueña
con convertirse en acerico.
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