lunes, 22 de junio de 2020

Restos murales en Pompeya




Queda ahí el testimonio
burlón, aunque no exento
de calor, del fauno
empeñado en recordar los tonos
más arriesgados de su flauta,

la lava duerme
entre las ortigas blancas
disfrazadas de colio dominguero,
mira, le dice, por ahí
pasó el arroyo que no dejaba
humedad en las piedras,

su única presencia es la memoria
del sudor, la apresurada huida
que nos hace jadear hoy a nosotros
aunque reposemos a la sombra.


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