Hizo el gesto de adiós
pero siguió allí con los nudillos
rozando apenas el cristal,
y no voló, no tuvo el aire suficiente
para completar la despedida,
qué quiso decir, es necesario traducir el maquillaje
oscuro de los ojos, la brevedad del tiempo
resumido en un inapreciable parpadeo,
ayudarle a guiar el faetón, que acabe el día
como auriga de un coche de caballos
no sujeto al destino fatal de la mitología,
no ir a la ventura, que los días
suelen usar la misma puerta
para entrar y salir, siempre la misma.
Zona B:
Y ahora Irán, luego tal vez Jordania, o Egipto o lo que quedó de Irak tras la tormenta del desierto. El genocida quiere ser David y Salomón, Moisés y Josué todo a la vez. Pero nosotros deberíamos saber que nos prepara un episodio similar al de la pentápolis, pero extendido a todo el Oriente Medio y acaso al mundo entero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario