Estaba allí,
cruzando por la vereda de las cabras,
verde azul y gorbizo como el coral del mar,
se divisa Asturias a lo lejos,
laderas destilando leche, por abajo
las palabrotas del torrente, una oración subordinada para,
no por o porque, todo encaminado hacia la presa,
tú y el agua, él, los otros
y las truchas con pintitas rojas, aunados en república,
con la únca intención de relajarse
y ver el bienestar en lo demás.
Zona B:
Ojalá el calor acabe sofocando los motores de las máquinas y consuma en fuego los cerebros que hacen crecer la guerra. Ningún estado supremacista y genocida merece subsistir.
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