Era eso,
la respuesta a la revolución de los colores,
lo blanco, no tocar, arriba el alba
con su morado impúber, la voz del prado
individual en cada flor y los endrinos
azulados y adustos como en un duro noviciado,
pero escuchó en la radio una noticia de aluvión
y lo dejó todo tirado y regresó a Madrid
y ya no supo más de todo aquello
que tenía la apariencia de una saturnal revolución.
Zona B:
Aterra el ruido de las explosiones y el de los misiles que amenazan cada hectárea de suelo palestino. Pero dan más miedo aún esos silencios en los que el genocida va planeando con precisión villana el siguiente paso hacia la "solución final".
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