jueves, 3 de octubre de 2019

De los días en blanco





Deseándole al bolígrafo
una gota de sangre para hacerse
respetar por la paz equidistante,

la historia no se escribe
a empellones de almagre, ama
la palidez con que se viste el miedo,
de ahí su enfermedad de pergamino,

qué más da que llueva
sobre la sangre seca o sobre ese
cantar de gesta tan pulido
de los cantos rodados si no logra
que deje de sonar y soñar,

la tinta azul o negra no combate
al color diferente, canta
en el idioma muerto de otra edad. 





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