Prunus spinosa
Persisten los endrinos
en la algarada del otoño,
su acento guerrillero, color vuelto
del revés del camuflaje,
todo
lo que necesita es esa
reticencia a madurar,
la congelada táctica de hacerse
el muerto al primer hielo,
pero al final decide
vestirse de amarillo,
la alopecia mortal que deja
patentes sus espinas,
a ver quién abandona parece rezongar
mientras tus manos
reciben las primeras puñaladas.
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