lunes, 21 de octubre de 2019

Los hábitos perdidos





Antes del desayuno te rodea
un paladar de inercia,
viene
tan cargado el cielo que se nubla
toda conciencia de sabor,

no sabes
diferenciar los jugos agridulces
de la palabra urbana y te refugias
en el insípido silencio
de la periferia como si ya no hubiera
término medio para darse
el placer sonoro del café, la charla
difusa del vapor
en torno a esa mesa de la esquina.

Lo piensas mientras miras
la espiral de tus huellas dactilares.

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