martes, 8 de octubre de 2019

Los colores fingidos




Se afilan las cuchillas
con la llegada del otoño,

es verdad que no hay sangre,
ni oro derramado, ni cestillos
corintios con acanto proponiendo
tragedia al escenario,

pero la imaginación 
debe surtirse de colores
para mantener en vilo a los patéticos 
fantasmas a lo canterville.

Lo mejor del otoño es esa brisa
que desnuda paisajes.




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