De aquella década sombría
Volviendo a tu retrato
veo la determinación, el vuelo
cómplice de tus orejas
dando una aire de fiero lepidóptero
al rigor con que miras al que mira
sin atreverse a articular palabra,
podría ser peor,
pero tendrías apenas nueve años
y tus dudas de escolar castigado
habían de afianzarse
sobre la tensión de las mandíbulas.
Y ya ves, el tiempo acabaría
haciéndote justicia
aunque no te diera la razón.
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