martes, 15 de octubre de 2019

Nadie se asoma a la ventana




Ese aire que vive entre los cactus
tiene púas flexibles cuando llega
hasta tu piel y le trasmite
un agridulce tacto,

recuerda en algo
al cobrador del frac parado
ante una puerta, 

su mano sudorosa, su calor congelado
en algodones negros, su orfandad
sin vecinos, ni siquiera
ese ahuyentar del abanico
que se usa para moscas familiares.

(Al disolverse la acidez hace un sonido similar: Bloom)

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