lunes, 11 de enero de 2021

Entre pluma y puñal II

 


Afortunadamente

la blanca mano eligió pluma,

aunque mojada en sangre fresca,


cada víspera de fiesta llenaba los tinteros

con la abundancia acumulada

durante la semana, luego

encendía una vela de cera perfumada

y antes de sentarse a trabajar

entonaba una canción de iglesia

a la que previamente

había despojado de su rigidez 

cambiándole la letra

por las letanías de un enólogo.


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