Llega el gran momento del café,
la piel del día se adelgaza
pensando en ese aroma, deja
que el viento coloree de azul la copa roja
de los árboles, algún gorrión pregunta
por la tostada, ya no son las migas, no,
que compartimos taza,
pagana religión y hasta periódico,
en algún lugar
imaginario de etiopía
las cabras ramonean en el cafetal
como adorando al sol
que se demora en la calima.
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