Cuando regreso del paseo
viene tras de mi la gran jauría
de asombros y preguntas,
algunas transparentes como
la indecisión, que dejan
ver lo que hay detrás sin definirlo,
el cielo pesa mucho aquí,
no hay bastante horizonte
para sentirse liberado
de luminarias, esa humareda
de estrellas que hacen nido en los ojos,
casi entrando en el portal
reparo en la distancia
a la que ha quedado Sirio,
tan alto, tan brillante,
y aunque tiemble de frío
no podré invitarle a entrar.
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