martes, 27 de febrero de 2018

Memento mori

En realidad qué muerte es esa
que ni sueña en puñal,
la punta ya enterrada en una carne
espiritual, ni arma simulada
ni mano que la empuñe,

qué adormecido pensamiento
-memento mori- levitando
contigo, incluso harto
de esperar y esperar a lo paciencia,
a lo prosaico y duro del oficio
de meditar sin fruto,

qué manera
de elevación extática por aires
de oro quieto y transparente, la materia
dejándose llevar en contra
de gravitaciones racionales.
                                                 Esa
no es manera de salir
del mecanismo ciego de la vida,
así ni el mismo sol, que va tirando
de mística y rutina para que sea el día
quien se inmole y haga mutis, peón
de un rey que se traspone.

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