Intentaba encontrar
en la brisa menor del diccionario
el sonido perfecto, todo
lo que sonaba a confusión, a pulso
oscuramente acelerado, a fuego
voraz que no consume, lo dejaba
secar entre sus hojas
como un raro pétalo de flor.
Pero con el tiempo
se volvió amarronado y sordo
a cualquier sensación.
Por eso ahora tantas dudas.
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