viernes, 23 de marzo de 2018

Lo único

Entonces,
en ese pasmo atemporal sin ansia,
lo único gobierna en soledad,
sin súbditos, ubicuo,
sin necesidad de espejos, todo
está aquí y ahora sin estar,

qué sexo
atizar debajo para que alce
su fumarola por el aire, si no hay aire,
ni fuego, ni jadeo, ni siquiera
la más elemental necesidad
de arrimo, sólo
un pensamiento universal, sin réplica
más allá del propio eco.

Así, en cada latido
somos únicos, aisladamente ciegos
para la totalidad e indiferentes
al resplandor de la muchedumbre.

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