Y esa antiquísima locura
que inventa a dios y lo humaniza
pensando en qué.
Digamos
que largo es poco, pues todo
lo que bulle es dios y en todo
cabe ese fingidor intruso, blanco
de miedos y miradas, sólo
porque sí, por ese vicio
masoca de la vida,
ay, la vida
que nadie se inventó y que sigue siendo
un sin vivir por sí sola
sin precisar de dios
aunque no pueda
prescindir de algún pequeño diablo.
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