¿Quién va a creer en eso más que tú
que lo levantas en tus manos
rescatándolo de la oscuridad, quién
va a seguir el curso de tus ojos
desde el instante manantial
en que diste forma al pensamiento
hasta la elevación de manos
con algo nuevo que mostrar?
Algo se alza ahora contra la quietud
de los siete días genesíacos:
un solo animal, un solo
sol y un solo río
para un agotado paraíso
donde ya no juegan los deseos
del previsible Adán, de Eva
la científica y de la Serpiente
sugeridora de maneras
distintas de entender el mundo.
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