lunes, 7 de septiembre de 2020

Rupestre

 

En la pared de piedra

una mano virgen dibujó un caballo,


nadie lo llegó a montar, 

salvaje y esquemático

igual que el mecanismo

que lo hace tan veloz, huyendo

de quien intentó cazar su alma


(y ahí sigue

después de tantos siglos).

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