En el claro del bosque
un grupo de caballos semisalvajes
alzan con elegancia sus cabezas,
relincha sordamente el semental
mostrando el rayo oscuro de sus ojos,
y, como anticipo del crepúsculo,
un silencio musical
mueve las hojas de los árboles,
él ha heredado el brillo de la luna
y sus ijares lucen
mariposas nocturnas.
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