Al llegar estas fechas
de vecindad escasa con un viento
violento y aterido se precisa
una fuente cercana de calor,
bien sea
la familiar templanza de una casa
de aspecto polifémico y pacífica
espelunca interior, repleta
de ovejas dulces y recuerdos
que eleven sus raíces al verano,
o una mirada
al fuego ornamental de los cerezos
y en la chimenea el arcoiris
domesticado de unas llamas
de filiación humilde y franciscana.
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