Vi sus manos
zurciéndose entre sí como exprimiendo
un desconcierto antiguo,
le habían dado un premio y de sus ojos
se escapaba un rumor de húmeda risa
equidistante entre la lágrima
y el regocijo irracional,
su cara era el poema
incomprensible y diáfano
que sólo pude traducir
como una burla del idioma.
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